La fama de Greta Thumberg

A esta joven de 17 años procedente de Estocolmo, desde pequeña, le preocupaba y se cuestionaba sobre el mundo en el que vivía. Caía en la cuenta de las diversas formas en la que, poco a poco, vamos destruyendo el planeta, a base de emisiones de carbono, los mares abarrotados de plástico... en definitiva, llegó a la conclusión de que el mundo se estaba convirtiendo en un lugar inhabitable y cada vez iba a peor, se empezó a plantear, ¿Qué será de las generaciones futuras?

Con estas motivaciones fue de la manera que a Greta le llevó a participar en el medio ambiente, convirtiéndose en activista. Comenzó desde lo más pequeño, cambiando sus costumbres y hábitos en casa, de las primeras medidas que tomó fue reducir el consumo de carne y el uso de medios de transporte contaminantes.

Pero, ¿Cómo alguien tan joven salta a la fama de esta manera, "a gran escala"? 
Lleva recorriendo mundo desde hace más de un año luchando por concienciar al mundo del problema climático.  Esta gran "crisis" de la que habla, dice, es algo que todos sabemos pero nadie se ha atrevido a actuar.

Para viajar de un lado a otro, con el fin de exigir estos compromisos que anteriormente hemos mencionado, lo hace a través de transportes que no contaminen, es decir, ha sido capaz de cruzar el atlántico en barco con tal de ahorrarse la emisión de gases de un avión. 

Comenzó plantándose todas las semanas en el parlamento sueco solicitando la intervención inmediata del gobierno a través de la firma de un contrato con el medio ambiente y sobretodo, el compromiso para frenar, en la medida de lo posible, el cambio climático. De ahí a los "Fridays for future", de la manera en la que se convirtió en un referente medioambiental mundialmente conocida, a través de su movimiento activista también llamado Juventud por el clima.

Cuando dio un discurso en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en 2018 fue cuando pudo dirigirse por primera vez a las personas más poderosas de todo el mundo, entre ellas presidentes del Gobierno de diferentes países, fijándose como un símbolo contra el cambio climático alrededor del mundo.

En 2019, se dirige a los líderes mundiales en la cumbre climática mediante un discurso que interpeló en la población.